El caso del preservativo, nuevas líneas de investigación

Atención. El llamado caso del preservativo (ver artículo publicado) que resumiendo sucedió que al limpiar un pozo negro en una aldea aparecieron cientos de preservativos de colores cuando (he aquí lo insólito) la mujer que vive en la casa no puede tener hijos, ha abierto nuevas líneas de investigación sobre este asunto que trae de cabeza a los vecinos de Oza de los Ríos (La Coruña) y en el que la clave es y sigue siendo: ¿Por qué los utiliza si no puede quedar embarazada, lleva la mujer una vida paralela/parael-lelo o más bien horizontal?.

Desde que estamos con este expediente X, son muchas las teorías escuchadas en centros culturales de formación intelectual como bares, tabernas y tascas que al grito de «¡¡¡ manda carallo !!!» abren nuevas hipótesis. Y a cada cual, más incredulidad.

Si «la estéril» (que aquí somos así de sencillos y directos para hablar de la mujer), no tiene mantiene otras relaciones extraconyugales… Juan López, experto en temas de ladrillaje y argamasa, afirma que «a lo mejor el marido tiene una enfermedad y entonces por eso los utiliza». Esta teoría, según algunos, no es posible porque «¡¡¡ que vai ter, vai ter… si come como un cabalo !!! ».

Desterrado este supuesto por la base científica en la que sustenta, la siguiente conjetura apunta a una posibilidad que aporta el conocido letrado Daniel Tomé: «A ver si lo que ocurre es que la mujer no sabía para qué servían los condones y los utiliza como guantes poniendo uno en cada dedo y tras usarlos los tira… ».

Tomé abre desde luego infinitas posibilidades, e incluso posibles daños colaterales que se escapan al tema que nos ocupa, pero no menos importantes porque… ¿Acaso es posible que la casa de la estéril carezca de televisión o radio para informarse?, ¿es posible que aún teniendo radio y televisión la señal, por vivir en un lugar tan recóndito, sea insuficiente y por tanto la información sobre buenos hábitos sexuales llegue alterada y de ahí el equívoco?, ¿Quizás aún llegado la señal, ésta lo haga en tan malas condiciones y de tal forma que se superpongan la de la radio con la de la tele y como consecuencia más inmediata la información llegue distorsionada, y mucho, tanto como para no entender que un condón no es un guante?

El tema es peliagudo. Pero hay más. Santiago, al que todos llaman Sito, se apunta a la siguiente tesis: ¿Y si la mujer antes no era estéril, utilizaba con su marido los condones y se los comían porque eran de sabores y han quedado enganchados?. Pero entonces hay una duda razonable en este caso: Si los comen… ¿cómo es que estaban en la fosa séptica?. ¿acaso son los que no les gustaban?

Pero hay otra aportación de un vecino que prefiere no identificarse (no sé por qué ya que lo conocemos todos. Mira Chicho no des la vara) y que aquí no respetamos: «¿Y si la mujer estando sola se dedica a juegos eróticos utilizando productos de la huerta tales como zanahorias o pepinillos y les coloca el susodicho embalaje? ».

Y así estamos todos, discurriendo y discurriendo. Y si te soy sincero, yo me apuntaba a la teoría sanitaria, a la de la enfermedad, a la del contagio; pero entre la posibilidad de una vida licenciosa de la estéril, la del guante, la de los condones de sabores y la de las piruetas sexuales con pepinillos y zanahorias… de verdad, a mí ya, como si la… un pez. Me retiro

PD._ ¿Hace un impulsito más? https://manuelguisande.wordpress.com/ Pásalo, gracias.

PD-2 Podéis ayudar a esclarecer el caso escribiendo vuestras teorías en los comentarios del blog. Esto precisa la ayuda de todos