Cuando sobra algo de tarta, sí, de tarta, y termina en la nevera… siempre pasa lo mismo. A las dos o tres horas hay un desfile con un disimulo hacia el frigorífico que parece aquello el Camino de Santiago o el Rocío pero en fila de a uno, que dirían en el Ejército. Un paso veloz y firme que ni la Legión.
¿Y eso es malo?, ¿es mala esa peregrinación?, no, por qué va a ser malo, si para eso está la tarta, para comerla; ese no es el problema, el problema es cuando vas y te encuentras que cada vez hay menos; pero no menos, sino tan poco menos que te preguntas: «Y por qué no la acaban, para dejar esto…».
Y este es el verdadero problema: para qué vas a dejar un trocito tan pequeñín él, pero tan pequeñín que te resulta casi imposible cogerlo y cuando lo haces ni notas el sabor… y luego, ya metido en el ajo te preguntas: «Y el que rebañó toda la bandeja ¿por qué dejó esto, si total, ya puestos… ?».
Y como estás tan enfrascado con el asunto (y porque un poco parado también eres) analizas el minúsculo trocito que queda y piensas: «¿Y de dónde habrá sacado el láser para cortar?», porque no tienes la menor duda que fue con un rayo láser, que eso con un cuchillo no hay dios que lo haga…
Oye, y así, a lo bobo, empiezas a darte cuenta que en casa tienes a alguien que es meticuloso de carallo, que le debe encantar el miniaturismo, y parece que no pero hasta como que ves que alguien cercano a ti va a tener un futuro prometedor, pero que muy prometedor en lo que es la investigación porque el corte lo ha hecho… vamos, lo ha hecho de célula madre.
PD. No te olvides, el martes 20 podrás escuchar 4 poemas y ver 8 fotos de «En tu línea»
quien es el guapo que se atreve a comerla toda sin dejar nada y qeu no le llamen lambon?
Hola Nuria: es que dejar lo que ya casi es microcópico…. pero es así, nadie se atreve a terminarla 😉
Felicidades Guisandiño. Tendras un cirujano en casa. Bueno tampoco te emociones, que con tanta meticulosidad, te puede salir un asesino en serie. Ja ja,ja
Hola Carmen: No había caído en ese detalle del asesino, cambiaré la cubertería por una inofensiva 😉
Pues claro Manuel y si en vez de tarta pones pastelitos, te encuentras que solo queda uno.
Pero fíjate bien que tanto ese trocito minúsculo de tarta como el último pastelito o lo que se tercie, esos no desaparecen, siempre están ahí, a eso querido amigo se le llama la vergüenza del gallego, que incluso cuando el plato está en la mesa nadie quiere coger el último trozo.
Por aquí esas cosas no pasan, cuando quieres darte cuenta y cogerlo disimuladamente, alargas el brazo y ya no encuentras nada, aquí se dice “mariquita el último”.
Un saludo.
Hola René: Yo creo que la solución es que los pasteleros hagan una tarta con un trocito que no se pueda comer y que quede ya ahí, pero ese trocito.. a mayores, claro. 😉
yo creo que es para no tener que sacar la vandeja de la nevera siempre dejan algo bueno mi hija no tiene esos problemas ella se lo come y tampoco saca la vandeja me rei mucho esta muy bueno aca en Venezuela a los que hacen la peregrinasion a la navera en el ejercito le dicen repelero y le dan con un casco de acero en la punta de los dedos se les olvida el camino a la nevera saludos manuel la vida es bella
Hola José: Entonces ahí en Venezuela sucede lo mismo; o sea que esto es internacional, por lo que veo 😉
Eso es para no limpiar el plato. Siempre quedará alguien que se apiade del «minusculísimo», (que es como el hermanísimo, intocable, pero de tarta) que lo saque del frigo, chuchurrío, reseco… y que al final lo tire a la basura. Lo que siempre he tenido duda es de si ese último trozo es comestible o no.
Hola Carmen: 😉 😉 😉
Sedal. Ya sabes, para pescar. Corta con la precisión de un láser y es mas barato. Esto de la crisis….
Hola Javier: Pues tienes mucha razón 😉
¿Y eso es malo?, ¿es mala esa peregrinación?, no, por qué va a ser malo, si para eso está la tarta, para comerla; ese no es el problema, el problema es cuando vas y te encuentras que cada vez hay menos; pero no menos, sino tan poco menos que te preguntas: «Y por qué no la acaban, para dejar esto…».
Eso en mi casa no pasa con la tarta, pasa con la fruta. Si si, con la fruta, mi marido y mi hijo mayor JAMAS comen una pieza de fruta entera, SIEMPRE dejan un trozo de aprox. un centímetro de grosor. Es algo misterioso, un fallo genético o algo por el estilo ………. 🙂
Hola María: con esto lo has dicho todo «Es algo misterioso, un fallo genético o algo por el estilo….» jajajajajajajajajajjajajaj