Esto de comer es una obsesión ¿no?

No lo digo porque es Navidad, sino en general, a mí esto del comer me tiene frito; yo no sé qué pasa, pero desde hace poco más de un año no me hablan de otra cosa y hasta creo ya en la resurrección y que mis amigos realmente no nacieron más o menos como yo, por el 58, sino que son la reencarnación de quienes vivieron la Guerra Civil o la II Guerra Mundial y que pasaron un hambre… pero un hambre, tela.

Y tiene que ser así porque no es normal, no-es-nor-mal, no lo es, que te encuentres con un colega, vayas a tomar un café sobre las cinco de la tarde y te cuente que el día anterior fue a no sé dónde y que si tomó una sopa, que luego unos unos calamares, que si una fabada y unas especies de empanadillas azucaradas… que te lo explica como si te interesara la tontolaba de la empanadilla esa, pero como es amigo… bueno, no tanto ya, pero aún es…

Como le tienes cierto aprecio, pues lo dejas hasta que llegue a los chupitos y el postre y, cuando crees que ya vais a poder hablar de otras cosas menos primitivas, pues no; va, y entonces, lo que nunca imaginaste se hace realidad.

Como si cogiera impulso, te mira y matiza: «fue un plato de cuchara, pero de cuchara cuchara», que te lo dice con unos ojos como si el día anterior acabara de descubrir el fuego o la rueda… una cara de ido…

Esto de ido, si te lo dice y estás por Algeciras, cerca de Marruecos, pues tiene un pase, que por esa zona se cuece lo que se cuece y no precisamente al baño de María, tú ya me entiendes, que maría maría solo hay una, pero que te lo cuente en A Coruña…

Ya ves lo que es la vida; la cuchara, ese artilugio que lo has lanzado al fregadero con la mano, como si nada y que si pudieras con una patada, también, pues ahora es el icono de la buena comida, un signo de calidad.

Y como él sigue dale que te dale con las viandas y te cuenta no sé que del rollazo es del MasterChef y que un tío lloró porque logró hacer unas albóndigas rellenas… que tiene su aquél el asunto, como que no hay cosas por las que llorar, pero por unas albóndigas… pues entre que son los cinco de la tarde y con tanta comida a deshora estás ya casi con arcadas (la de Noé incluida) pues te vas porque lo tienes claro; de amigo nada y si sigue… este me come el coco.

Libros Manuel Guisande Amazon

PARA SUSCRIBIRTE AL BLOG: Desde el móvil, pincha en COMENTARIOS y verás abajo SEGUIR. Pinchas, pones tu correo y ya está.. Mira la foto de abajo

Acerca de manuelguisande

Periodista, escritor, conferenciante y desarrollador de proyectos creativos
Esta entrada fue publicada en articulo, gastronomía, Salud y etiquetada , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s