Pues a que va a ser verdad eso que dicen que los animales entienden, a que va a ser verdad. Yo sinceramente pensaba que eran paranoias y que la gente, a falta de motivaciones, pues decía eso por decir y, ya puestos a analizar el asunto, que quienes lo aseguraban vivían más solos que la una, que eran unos coñazos y que de aguantarlos solo los aguantaban eso: un animal, yo que sé hay gente tan rara por ahí…
Nosotros tenemos un gato, que la verdad empiezo a dudarlo, pero digamos que tenemos un gato. El caso es que después de un viaje de tres días, cuando regresamos nos encontramos con el papel higiénico tirado por toda la casa, como si el miau este se hubiera cargado a alguien y quisiera embalsamarlo, y la sioux (mi mujer) empezó a explicarme que era porque estaba enfadado por dejarlo solo. Y eso, empezó a explicarme, solo a explicarme, y desconecté porque era lo que me faltaba, que además de preocuparme de los hijos ahora tuviera que hacerlo por un bicho, o buscarle una gata en mis ratos libres para que no se sintiera solo.
En fin, que recogimos el papel higiénico y todo parecía volver a la normalidad cuando voy a mi mesa y me encuentro que una patilla de mis gafas las había mordido. Claro, entonces el asunto cambió radicalmente porque destrozar el papel era, digamos, un enfado general, con toda la familia; pero lo de la patilla de mi gafa, de mi gafa, repito, de-mi-ga-fa, eso era ya una cuestión personal.
Así que me imaginé siendo gato para ver cómo le hacía entender al colega que no, que no era una cuestión personal y que aunque lo fuera, él era un imbécil de gato y yo un ser humano y que si quería le pasaba unas estadísticas de cómo queda el asunto cuando a un hombre o una mujer le da la mala, le entra un rebote y la emprende con un bichejo como él.
Y así estaba, con estas disquisiciones, cuando observo que a un móvil que tenía en la mesa también le había pegado unos zarpazos. Que conste que miré bien dónde había arañado, pues a lo mejor era en el 6 porque había intentado llamarnos, y entonces tendría un pase, pero no, era en la pantalla.
Estaba sentado frente a mi mesa cuando veo al arácnido que entra en la habitación, (sí, ya sé que el gato no es un arácnido, pero tenía unas ganas de pisotearlo) se para y se me queda mirando en plan «fui yo».
Tú sabes cuando uno dice «te vas a enterar», pero lo dice en plan que un tanque es un arma ligera; pues cogí despacito una botella de plástico de tónica que tenía al lado del ordenador… y así, a lo bestia, se la lancé haciendo una parábola y con una mala leche mientras pensaba: «ojalá le dé con el tapón que es lo más duro, ojalá le dé al mamón ese con el tapón… ».
Y le di, no sé si con el tapón o con lo que fuera, pero le di, y vaya que lo entendió; ahora es verme el tío y escapa.. y yo una felicidad… Enfadado el felino porque se quedó solo… porque se quedó solo… a que la próxima se queda solo pero en la puta calle, le cambia el carácter, ni patillas de gafa ni móvil y hasta con suerte me consigue por el careto uno de Vodafone.
PD.- Mi nuevo libro que cabo de publicar En tu línea, editorial Cumio, 12 euros. Puedes adquirirlo por internet o encargarlo en cualquier librería, mi estómago te lo agradecerá 😉
Los gatos tienen vida propia y son muy dados a la autonomía, que no a la independencia. Y, menos todavía, a que les deje solos, en un amago de abandono.
Hola Antón: Pues este va a ser muy pero que muy independiente cuando haga un viaje, ya lo verás y digo bien ya lo verás porque va a tu casa… o lo tiene claro 😉
Te voy a contar un pequeño secreto: hace muchos años un amigo (que quede claro que no era yo, era un amigo 😉 ) se encontró a su gato paseándose sobre la mesa de la cocina con la misma ya dispuesta para el refrigerio. Ni corto ni perezoso, con toda su parsimonia abrió la ventana de la cocina, agarró (para que no piensen mal los lectores del otro lado del charco) al gato por la cola, le dio unas cuantas vueltas en el aire al estilo molinete y allá que salio el gato disparado por la ventana. Mano de santo 🙂 General Chegwidden se llamaba el minino.
Aclaración importante: Mi amigo (que, repito, no era yo) vivía en una casa a baja altura y sabía (o más bien supongo que se lo imaginaba) que al animal no le iba a pasar nada más que el susto.
Hola Chus: Pues gracias por el consejo, aunque supongo que la «mano de santo» no era la de tu amigo, aunque no extrañaría que sí porque yo estoy por ir a la casa de mi madre y ver que hace desde un tercero y así (como el edificio) tiene 10 plantas, voy tanteando. O sea que desde un primero no le pasa nada, bien bien bien.. ;). Gracias por tu comentario, que siempre anima a escribir 😉
Desde un tercero, creo que se defenderá… en todo caso ¿no dicen que tienen siete vidas?, otro tema a tener en cuenta también es tener suerte y atinar con el hueco de la ventana abierta sino el golpe contra la pared si que puede ser fatal. Los giros tienen que ser rápidos y con decisión de forma que el gato vea su vida pasar ante sus ojos… por lo menos eso es lo que hizo mi amigo. Saludos.
Hola Chus: Gracias por tus consejos, especialmente por lo de los giros, que no lo había pensado; y si es cierto que tienen siete vida, pues desde el 6º… ya solo le queda una y se lo pensará más ¿no?
El caso más cercano que conozco, de otro amigo, es desde un 5º (había una paloma a tiro) y no le paso nada, más alto ya no se.
El primer amigo, que no era yo ;), era un poco inconsciente en aquellos años, la inconsciencia de la juventud.
Hola Chus: Sabes que te digo, que lo voy a tirar de un séptimo y caso resuelto 😉
Saludos,…no sabes tu Guisande los coloquios que tengo yo con la cabra, nos entendemos perfectamente porque compartimos cualidades comunes….ya estoy para darle el carnet de socia, y enseñarla a bailar….esquee hay que mirarles el lado últil.
Hola librodependiente: Los coloquios…. es un tema aparte, porque para un coloquio…. yo hasta con el cenicero, que todo es volátil, como el humo…. lo de la utilidad entiendo perfectamente que la cabra tiene su aquél y que incluso puede estar de reserva en La Legión, lo del cenicero… más complicado; pero yo que tú ya me ponía en contacto con los «novios de la muerte» a ver cómo se tercia el asunto por si hay que enviarla. Un abrazo y gracias siempre por tus comentarios que anima a escribir
En casa tenemos 7 gatos 4 perros adultos y 9 cachorros 3 loros y todos entienden y saben a que hora se les da de comer eso ya es algo saludos Manuel
Hola José angel: Joé, monta un circo, que en Galicia hay muchas aldeas y por poco que te den… es una salida, pero es que mi gato no hace nada especial, aprate de fastidiar, que eso… lo borda 😉 Un abrazo y gracias por tu comentario, que anima a escribir 😉
un consejo. La proxima vez dejale una salida, con que le pongas comida y agua y que él vea que pueda salir y entrar estará contento. Comida e independencia. No quieren más. Ponte en su lugar. me gustaria verte tres dias sin poder salir para nada. jajaja. Si lo haces así y te lo vuelve a hacer te recuerdo que los gatos al ajillo están buenisimos.
Hola Carlos: Estaba atendiendo lo que escribiste y cuando llegaste a los «del ajillo»….. 😉
Hombre Manuel, los gatos más que entender es que son unos entendidos, realmente considero que el único animal que no entiende nada soy yo.
Un saludo.
Hola Remarava: Me has abierto los ojos y hasta me los has quitado, me apunto también a la inutilidad tuya. Gracias por tu comentario, que siempre anima a escribir 😉
Que se me escapó el seudo, que soy René, ves como soy un animal que no me entero, no tengo solución, quien fuera gato que con decir miau ya se ha explicado y todos los gatos le entienden. Mira ayer los dos esos en la tele, hablando y hablando para que ninguno se enterara de lo que decia el otro, bueno ni yo tampoco, como si hablaran en chamicuro.
Hola René: jajaja de tapadillo, con paso. Pues ni los oí, paso Un abrazo