Si vierais el correo interno del blog os sorprenderíais porque hay peticiones de todo. Quedar para tomar un café (el truco del café, me lo vas a decir a mí) que por qué no escribo de esto o de aquello, en contra de aquél, que seguro que triunfaría en la tele con los monólogos…
Por ejemplo, hace unos días, un lector, J.S.R., me dice: «¿Y por qué no escribes algo de humor sobre Mahoma?», para añadir el muy cachondo «porque te sigo y me encanta como escribes, ya que tú… ». ¿¡¡¡ Qué te encanta como escribo !!!, ¡¡¡ que te encanta !!!?, dirás que te encantaba, en pasado, porque escribo sobre Mahoma y lo tengo clarinete; me aparece aquí una célula durmiente con legañas y hasta tendría que darles un café solo para que se despertaran, no vaya a ser que se líen a tiros y en vez de darme a mí se carguen a algún vecino, que 30 años sobando y despertarse así de un día para otro de repente… yo ni me lo imagino.
La verdad es que si no escribo algo sobre Mahoma no es por miedo ni por nada, me va a importar ahora a mí mi destino… era boa; sino porque sencillamente Mahoma no me inspira nada, pero nada de nada. Y ya estaba yo que no, pero que sí con esta idea de J.S.R sobre Mahoma cuando entonces me percaté que del personaje, es decir de Mahoma, no me interesa mucho su vida; pero el turbante que lleva él y sus seguidores… esto ya es otra cosa.
Y supongo que me interesa por el frío que hace en la aldea. Y entonces empecé a pensar: ¿Cuánto medirá de largo y ancho esos turbantes, 10, 15 metros, tal vez dos….? Así que cogí unas fotografías y en función de ellas me puse hacer cálculos.
Si este tío tiene la cara delgada, es bajito y el turbante en la foto me da dos centímetros de alto… joé pues el moño ese tiene tela y… oye la vida es rara ¿verdad?; en otros sitios pegándose tiros a diestro y siniestro por un no sé que de religiones y yo con una regla midiendo turbantes, es que hay gente pató, pero más sano es lo mío, no me digas que no…
Pero vamos a lo que interesa mientras pongo la cafetera para la célula durmiente. A mí el turbante me da dos metros de largo y unos 40 centímetros de ancho. O dicho de otra forma, que es la clave, que con uno de esos no paso yo frío en la sesera en todo el invierno, y si me pongo una visera y me lo arremolino en plan geisha hasta ni compro ropa.
Y ahora, como soy así de parvo por hacerle caso a J.S.R, todos los días cuando me levanto, miro por la ventana a ver si veo la célula durmiente y si viene, antes del café, antes que se despejen, lo tengo todo organizado y les digo: «¿Y como última voluntad, podía probarme el turbancillo ese, es que hice unos cálculos y… ? Y tengo así como un pálpito de que si vienen no lo van a entender, me da que no… Por cierto J.S.R, incinerado ¿vale?
Nunca había yo pensado en las medidas del turbante y que fuesen tan grandes como tu dices.
Eres muy gracioso escribiendo.
Bicos.
Hola María: Bienvenida a lo que siempre digo que es mi-tu-nuestro-blog. Pues con un par de turbantes de esos te haces un fondo de armario que no veas 😉
Ya veo ya, que a ti se te mete una cosa en la cabeza y te lías con ella cual largo turbante.
Por lo de la bella durmiente esa, yo de ti no me preocupaba, simplemente espéralos en la puerta sentado en una cómoda silla fumándote un cigarrito, así cuando aparezcan les dices que no importa se molesten, que tu ya te matas solito a base de cigarritos y que como no tenemos prisa… pues eso que de paso al que se quiera inmolar, le invitas a fumar y así se muere uno civilizadamente oye que lo de la sangre y eso queda muy feo.
Por cierto Guisande, deja ya de repartir besos, que luego se despiertan todas las durmientes y no hay quien descanse hombre.
Un saludo.
René
Hola René: Tienes todas la razón, si me estoy matando poco a poco con mi tabaco, pero es tan poco a poco… no vaya a ser que vengan y se queden, casi estoy por pasarme al puro. Y es verdad, tantos besoso estoy despertando a muchas durmientes, en el fondo creo que como el tabaco no hace efecto.. ya voy a lo drástico ¿no? Un fuerte abrazo.
¿Qué tendrá este post que ha batido el record de pocos comentarios??? ¿Qué tendrá??? Enfin, voy a seguir con el libro que estaba leyendo: «Refranero popular». Creo que iba en el de «Hombre o mujer precavido/precavida vale por dos» (es la versión de Bibiana Aido). Lo que está claro es que muchos de tus lectores lo son 😉
Hola Antonio: Pues mira por donde llevo yo pensando eso desde que lo publiqué. Y a las conclusiones que estoy llegando… es como si tuviñéramos miedo a decir Mahoma o Alá. Curioso ¿ verdad?
De paseo por este rincón por primera vez, me encuentro esta maravilla sobre medidas y Mahoma y algunas risas entre ambas. Me ha llevado esto a leer los anteriores, y junto a algún buen rato me he encontrado alguna verdad o mejor dicho, alguna opinión compartida.
Enhorabuena por tu blog
lashojasrotas.wordpress.com/
Hola lashojasrotas: Pues va a ser verdad que eso de pasear es sano y está muy bien, especialmente si como tú, caminando caminando, has llegado a lo que siempre digo mi-tu-nuestro-blog 😉 que lo únio que pretende es que sonrías y poco más. Pues espero verte más por estos lares y si quieres pòn tu blog para que lo lean. Besos y bienvenida http://lashojasrotas.wordpress.com/
¡¡¡¡Ay ay ay!!!!!!!en que berengenales te me estás metiendo
Hola María: Si el Mahoma y yo somos amigos de la infancia, nos tenemos un aprecio… si yo un día soñçe con él y me diojo «tu Guisande, di lo que quieras», ni un problema 😉 Un beso