Esto de hablar sobre el hombre y la mujer es complicado, muy complicado, tanto que lo normal es que si lo haces termines trasquilado, pero hay cosas… Por ejemplo, yo estoy convencido que la culpa de las separaciones matrimoniales no es eso de que una pareja lleve 40 años juntos, que si el hastío, que si la convivencia, que si la falta de sexo… ¡¡¡ que va !!!, la culpa la tienen las maletas; pero no todas las maletas, sino las de ruedas. Esas son las culpables.
Antes, cuando un marido tenía un follón con su mujer, de esos que el vecino del 1º subía a casa y te decía: «mire, que se les ha caído un armario», entonces el cabeza de familia decía en un arrebato: «¡¡¡ Me voy !!!. ¡¡¡ me voy y me voy y ahí te quedas, Juana; con tus hijos, con tu madre, con tu prima y con el gotero de tu padre, que estoy harto de rellenarlo !!!».
Esto sucedía en todas las casas, pues qué te diría yo… una vez al año, dos, o cada semana, a depende. Pero claro, una cosa era decirlo y otra hacerlo, porque lo primero que había que hacer era encontrar la maleta, que llevaba su tiempo; luego llenarla con ropa y, una vez repleta, como en la maleta sobresalían bultos por todas partes a modo de volcanes pues tenías que ponerte encima e hincar las rodillas sobre ella hasta ir dándole forma para cerrarla. Y claro, en esto de moldearla tardabas 10, 15 o 20 minutos mientras de tu boca solo salían cajoenrós y más cajoenerós a pares, y Juana por detrás te decía: «Pero déjalo Josiño, déjalo ya, que ya pasó hombre, que ya pasó».
¡¡¡ Que diablos iba a pasar !!!. Entonces Josiño se ponía a otra labor no menos ardua y técnica, sobre todo técnica, y que no era otra que a ver cómo diablos conseguía encajar los cierres metálicos laterales. Que hablando de esto, dicen que hay gente que empezó hace diez años y que aún hoy no se ha enterado que es viudo… que hay gente a la que han tenido que ir a buscar a casa para decirle: «Oye, que mañana es el entierro de tu mujer; joé, para ya, que para ir al funeral no necesitas maleta»
A lo que iba. Y así, en tanto que Josiño cerraba la maleta, los cierres laterales saltaban disparados y se hacía daño en un dedo… pues Juana, a lo suyo: «Pero Josiño, que ya pasó hombre, que ya pasó, adónde vas a ir …. ». Y a Josiño aún le quedaba otra tarea, arrastrar la condenada maleta hasta el ascensor. Y entre el agotamiento; Juana que no paraba y el remordimiento de que eran las 7 y había que rellenar el gotero porque solamente él se preocupaba… pues eso, Josiño, totalmente derrengado cedía y se quedaba en casa otros 15 o 25 años con unas 700 intentonas de fuga de por medio.
Ahora no; ahora no es así. Ahora, con las maletas de ruedas, como son tan tan que hasta valen para ir a la compra y están prácticamente a mano; al ser rígidas entra lo que entra, lo que no, queda fuera; con un clic se cierran automáticamente y como no hay que arrastrarlas… ya puede decir Juana: «Josiño que… », que eso; que no le da tiempo; que para cuando Juana quiera terminar la frase está Josiño ya en un avión vía Guinea Ecuatorial soñando con bailar el bulumbumbú entre veinte negratas. La culpa de todo… las maletas, las de ruedas. ¿Cómo?. ¡¡ Ah !!, el gotero, ya no hay que rellenarlo.
Pues mira… todo es sacarle las ruedas a la maleta y que Josiño siga rellenando el gotero 🙂
Un saludo.
Hola Angeles: Visto así.. o no casarte 😉
Hombre no… y la fiesta?
Hola Angeles : 🙂 🙂 🙂 🙂
Ostras Manuel !!!!!!, y yo pensando que el motivo principal eran las suegras, o maletas con ruedas es la nueva modalidad de llamar a las suegra????? porque amoldarlas como las maletas llevan su tiempo tambien. jajajaja es broma. Un saludo
Hola María Jesús, si broma sí…. 😉 Un beso y gracias por tu comentario
A mi me parece que las ruedas de las maletas las inventó la mujer de Josiño… Pero a ver Josiño que demonios haces todavía en casa ¿no decías que te ibas…? ¿Qué pasa Josiño, que le tengo que poner también un motor a la maleta?. A ver si te largas de una vez a comprar tabaco y no vuelves… Pero Juana si yo no fumo…
Un saludo.
René
Hola René: Pues igual no vas desencaminado porque eso del motor a la maleta…. como que me suena 😉 Un abrazo fuerte buen amigo
Hola Manuel.
Yo opino igual que René. A Josiño no le daba tiempo a plantearse hacer la maleta, cuando entrara en su cuarto se la tenía yo preparada con un bocata y todo, para que no pasase hambre en el aeropuerto… Anda que no han tenido que aguantar todas las Juanas de antes, pobres. Que con eso de ir a por tabaco les dejaban todo el pastel a ellas.
Hola Isabel: En cuestón de aguantar… digamos que al 50%, que los jaunes también iban servidos; aunque quixás huviera más juanas, pero cuando había un juan… el asunto era patético. Pues tyo voy a por tabaco y siempre vuelvo… voy a probar un día a no volver, a ver quién encuentro allí 😉 Un beso ya gracias por tu comentario.
Mira Guisande, cuando las barbas del vecino veas cortar… Corre Guisande, corre…
René
Hola René: Entonces tú eres partidario de…sin maleta, salir como sea ¿no?
Pues suerte tenía Josiño si cuando tenía la maleta sin ruedas, tenía ascensor. Porque imagínate encima bajarla por las escaleras.
Muy gracioso el artículo, Manuel.
Hola Montse: Eso fue una licencia literaria. No había ascensor, pero como ya me daba tanta pena… 😉 Un beso y gracias por tu comentario
Genial, como siempre Manuel !!! Maletas de ruedas ….. buen invento, lo que faltaría inventar sería que las rueditas giraran solo en un sentido, que no tengan marcha atrás jajajajajaja
Hola Inés: Peor sería que tuvieran frenos y se atascaran, pero no, vana una velocidadd… Un beso y gracias por tu comentario, que siempre agrada recibirlos.
Y los legisladores con esto del «divorcio express» aún creen que inventaron algo…
Besos 🙂
Hola Nereida: Donde haya unas reudas…que se quite un legislador 😉
¡y el cinturon para cerrar la maleta! ¡que lo fuerte es que es del tipo del gotero!
Hola El Rigo de Coruña: Lo del cinturón lo pensé, pero si me lío con él….. no acacabo. 😉 Un abrazo
La culpa de los divorcios la tiene el matrimonio… está más que claro 😉
Hola Rozío: Va ser que sí 😉