¿Estás preparado para compartir piso?

Están estos días mis compañeros y compañeras de prácticas, especialmente la becaria que me tocó en suerte, Ana Romero, un tanto preocupados buscando piso, sobre todo en Madrid, para continuar sus estudios de Periodismo. Y esto me recuerda a una experiencia que viví en Santiago, que a lo mejor puede servirles de algo, seguro que no. (Que noble era).

Mis amigos Javier Elespe y Gumersindo Villar estábamos y estamos muy unidos, así que decidimos, cuando estudiábamos en Compostela, irnos a un piso. Dicho y hecho. Fuimos a una agencia que nos robara poco, vimos uno y decidimos alquilarlo. Entonces descubrimos cómo era cada uno. Javier era muy ordenado, tanto que a veces, no de me digas porqué, se enrollaba a limpiar la casa que parecía que la iba a desgastar. Gumersindo un poco menos, pero con su flauta travesera era feliz y daba el nivel, y yo…. pues como me gustaba escribir poesía, tenía varias pegadas en la pared, como mesa una tabla del tamaño de una cama (que para lo que estudiaba hasta me sobraría una banqueta) y papeles y más papeles con todo tipo de anotaciones. «Ideas», decía yo; «porquería», decían ellos. «Porquería», llegamos a decir todos. Para resumir, un desastre.

Por esas cosas de la vida conocíamos a muchísima gente, tanta que tras la fiesta de inauguración, la última semana nos la pasamos comiendo espaguetis y huevos fritos. Así estuvimos un mes, dos y tres e, impepinablemente, antes de cada día 1 volvíamos al huevo frito y al espagueti. Dada la situación, y quizás porque con la vida que llevábamos estábamos más delgados , y por lo tanto ocupábamos menos, decidimos que en el piso podría entrar uno más y dimos con un lisboeta. El chaval era simpático, pero pronto descubrimos (y era normal) que al estar tres muy unidos y a otro, que «a ti te encontré en la calle», las relaciones no eran iguales y se sentía un poco desplazado.

Contra él, lo que se dice él, no teníamos nada, incluso valorábamos los esfuerzos que hacía por integrarse; lo único que no soportábamos del colega portugués es que al lado de la cama siempre tenía la maleta, como dispuesto a irse en cualquier momento, lo que daba a la casa una sensación de interinidad…. y la verdad que fue un presagio de lo que iba a pasar.

Pese al buen carácter que teníamos los tres, poco a poco no percatamos que las relaciones no eran tan buenas y aunque no discutíamos no nos sentíamos a gusto. Así que un día, tras una pequeña «charla» el planteamiento que hice fue más o menos el siguiente. «Como por un piso no vamos a perder nuestra amistad, nos vamos». Los tres estábamos de acuerdo, pero irse ¿a dónde? «Pues a una pensión», dije. Así que hicimos las maletas y nos fuimos a la pensión Santa Comba, en la calle del Franco, donde como si fuéramos un kit tratamos con el dueño el precio de la habitación, la comida, y cogimos tres estancias seguidas (el amigo portugués se fue a otro sitio), la 101, la 102 y la 103.

De un plumazo habíamos resuelto dos problemas. El primero, que no había que limpiar ni ordenar nada y, el segundo, que al pagar la comida…. pues eso, estábamos más lejos de una anemia; pero claro, también había un inconveniente, al negociar todo (dormir y comer) nos quedábamos con más bien poco para juergas.

Discurrir discurríamos lo suyo. En ocasiones le entrábamos a los turistas y hacíamos de improvisados «guías», luego nos invitaban y a veces incluso los encontrábamos de noche y nos volvían a convidar. Muy nobles, nunca aceptábamos dinero y mientras pensábamos cómo vivir mejor, le dábamos vueltas a una cosa que nos tenía obsesionados. En la pensión, en el bar, había una tragaperras muy antigua. Era como una cascada: Echabas una moneda, caía a una plataforma, luego con suerte esa moneda empujaba a otra, que caía otra bandeja inferior y esa moneda a su vez podía empujar a otras, y esas, si caían, eran las que ganabas.

La máquina estaba un poco desencajada de la pared y cuando le dabas un pequeñito golpe caían varias monedas, pero claro con unas cuantas y siendo tres…. no nos llegaba. Así que decidimos estudiar al camarero, que también vivía en la pensión, al igual que el dueño. Lo tanteamos hasta que llegó el día anhelado. Era ya de noche en el bar y solo nos encontrábamos los tres y el camarero, todos muy alegres, incluido él, con ribeiro va ribeiro viene, taza que cae al suelo y un «pon otra que no pasa nada». Enonces, sibilinamente, alguien se acercó a la tentadora máquina, le dio un pequeño empujoncito y en plan sorpresa dijo: «¡¡¡ Oye, que cae dinero !!!». Animados todos por la «novedad» y con la euforia desbordante en la que nos encontrábamos, a un golpecito le siguió otro y a este otro y otro y otro, cada vez más fuertes hasta que casi arrancamos por completo la máquina de la pared. Nos repartimos el botín y aquello fue la felicidad total.

Como todo en la vida, habíamos empezado en plan suave y acabamos por embrutecernos; así que sacábamos la máquina, la poníamos boca abajo, caía todo el dinero y luego colocábamos la tragaperras en su lugar y (como el dinero se veía desde a fuera) después nos pasábamos media hora rellenando las cataratas para que al día siguiente el propietario de la pensión no lo notara. De esta forma, cuando andábamos sin cuartos, el asunto estaba claro: Reunión nocturna, unas tazas de ribeiro, negociaciones con el camarero y a vaciar la maquinita. Reconozco (que noble era) que se trataba de un poco más que una gamberrada, como también, reconozco, que vivir, la verdad, nunca vivimos mejor y que la pensión jamás entró en suspensión de pagos. Palabra.

PD.- ¿Y a tí que te pasó?

Acerca de manuelguisande

Periodista, escritor, conferenciante y desarrollador de proyectos creativos
Esta entrada fue publicada en articulo, Educación, General, Otras cosas de la vida y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

30 respuestas a ¿Estás preparado para compartir piso?

  1. Virtu dijo:

    Pues yo nunca tuve que compartir piso con nadie, porque siempre estuve con «papá y mamá». La verdad es que al leerte, lo que me entra es morriña….¡quen che me dera!

    Bicos.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Virtu: Pues lo de compartir piso es una experiencia. Aprendes a manajearte y, sobre todo, a espabilar. Pues nada, que estás a tiempo. Llama a una amiga y le dices que vas a compartir piso un mes y ya ves lo que es. Si no te gusta vuelves con tus padres. Lo que ya es más difícl debe ser compartir hotel ¿no? ¿Y qué haces tan pronto levantada? Yo porque estoy acompañanado a la sioux a una tradución, que sino… hasta las 11 no abro el ojo. Ahora estaré de vacaciones hasta el día 20, pero si seguís aguantándome seguiré escribiendo. Un beso

  2. PMM dijo:

    Pues sí, compartir piso y en Santiago es una experiencia. Nosotras, 4 chicas, no fuimos tan listas como vosotros, y no nos fuimos a la pensión y claro, la cosa terminó manga por hombro. A pesar de todo, las experiencias son para vivirlas y cuando recuerdo esos años, la imagen más recurrente son la Ofisina y la Competensia, los domingos por la tarde que todos los compañeros que subían por el Hórreo desde la estación del tren veían la luz del salón encendida y decían: «Ya estan éstas. Subimos», ellos y sus bocadillos hechos por mamá para la cena, claro, que nosotras no estábamos para invitar a todo el personal cada tarde de domingo, los improperios que soltábamos contra el profesor de literatura americana de 5º, y las risas.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola PMM: Mira, cpn vuestrps comentarios también me traéis recuerdos. La Ofisina era el pub que más me gustaba. El de la Competencia no me acuerdo. Un día creo que voy a contar alguna aventura santiaguesa que todos los que estuvimos allí seguro que las hemos vivido. Un beso

  3. Beatriz dijo:

    ¡Y yo que no pensaba leer nada nuevo de Mr. G hasta que terminase sus vaciones!
    Ya me había buscado un libro para rellenar el hueco y tb el mono. Me decia a mi misma: ¡que ya volverá!, que tiene derecho descansar, que qué le vamos a hacer.
    Gracias, gracias, gracias mil.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Bea: No sé, a mí la verdad no creas que me cuesta mucho escribir estas cosas. Lo único malo es que estás en la aldea, con la huerta, vas a la pisicna, que por cierto en Oza dos Ríos hay una impresionante que no cobran a los niños y a los adulto 1,80 euros, y cuando llegas a casa estás hecho polvo. No te preocupes que seguimos escribiendo alguna cosa. Un beso muy fuerte.

  4. ANA dijo:

    Buff, las máquinitas de las cataratas, de esas me acuerdo yo!!!.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Ana: Sí, eran auténticas aquellas maquinitas. Pesaban como diablo, te lo digo yio que…. hacíamos esa gamberradada de arrancarla. Un beso

  5. Virtu dijo:

    Hay edades y edades, ahora ya no sería lo mismo. Ahora comparto piso con mi marido y mis hijos, pero ya no es lo mismo, no? 😉

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Virtu: Nada, le dices que diga alguna tontería, le pones unos apuntes en la mano, que tiga que no tiene dinero, lo que no hace falta (que con la crisisi estamos todos igual) y que haga eso durante una semana…. y más o menos igual. Un beso

  6. Becaria (la nombrada) dijo:

    Qué ilusión y qué alegría leer mi nombre en una historia de las de tu blog y, lo más importante, sin pedirlo.
    Compartir piso si que es una verdadera odisea, y creo que acierto por completo con la palabra Odisea.
    Yo con máquinas tragaperras no tengo experiencias, pero si que las tengo con los telefonistas de las compañías de teléfonos, con los testigos de Jehová, con los caseros, con las facturas, con los vecinos….y voy a elegir la de los vecinos.
    Todo empezó en junio del año pasado, cuando me mudé a mi piso anterior que estaba en un barrio humilde y pequeño (de ahí el bajo precio del alquiler, que en Madrid parece que para pagar menos de 300 euros de alquiler tienes que irte a una hora del centro y a una casa en la que la higiene brilla por su ausencia). Bien, fui a pasar unos días con unos amigos coincidiendo con la victoria española de la eurocopa y era la segunda vez que entraba en ese piso. En cuanto subíamos por el ascensor nos vino un olor delicioso a filete empanado que nos empezó a hacer la boca agua. Se abrió el ascensor y ahí estaba la joya de la corona, la vecina (de unos 70 años) con la puerta de casa abierta cocinando con un delantal de cuadros y haciendo como unos 20 filetes (a los días me enteré que solo eran 3 en casa). Nada más vernos se volvió loca de la alegría y nos invitó a comer a todos (normal, tenía filetes de sobra). Yo no entendía nada, por unos instantes me puse a pensar si estaba en Madrid o en mi aldea de Galicia porque ese derroche de comida y esa obsesión por comer todo lo cocinado solo ocurre aqui!! le dijimos que no, que lamentablemente ya teníamos plan y que teníamos bastante prisa, asi que dejamos nuestras cosas y nos fuimos. Cual fue nuestra sorpresa que a la vuelta a casa nos encontramos un pastel (bien rico por cierto) en el rellano con una notita que decía «disfrutar que sois jóvenes».
    Una vecina adorable la verdad, que sin ella no se qué habríamos hecho, nos dejó potas, cucharas, destornilladores, jabón de la lavadora…..esa es una de las partes buenas de compartir piso, los vecinos, que creo que merecen un blog aparte!
    Se que es una historia larga, pero ten en cuenta que era mi primer día en el barrio y ya me sentía como en casa.
    Este año ya tenemos piso nuevo, está en la zona universitaria y supongo que los vecinos serán más jovencitos, asi que ya te iré contando.
    un besiño desde Sabón

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Becaria. ¿cómo ni iba a hablar de ti después de más de dos meses frente a frente y tus llamadas a amigas para ver si hay ya piso y tus viajes a Madrid? Te mereces eso y mucho más, que eres muy buena y muy.NOOOOOOO, que ya me da la vena sentimental. El REPORTAJE. Por cierto aviso a los bloglectores que va a salir en La Voz un monográfico sobre Educación donde va a escribir la becaria Ana Romero, por lo que espero que le déis caña, pero no mucha. A ver lo que aprendió. A ver si sabe titular, si centra los títulos, si pone los ladillos, que no estén a la altura de la foto, de tres palabras como máximo, que el pie de foto no diga lo mismo que el título, que firme la foto y así hasta 200 recomendaciones. Sé que lo harás bien porque tu vales y eres NOOOOO, el REPORTAJE. Un beso

  7. PMM dijo:

    Guisande, la Competensia abrió justo en la acera de enfrente de la Ofisina, obviamente, por eso el nombre, aunque creo que era de los mismos dueños.
    Me encantará leer esas historias de Santiago.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola PMM: Bueno pues voy a preparar una porque ya más o menos la tengo la idea, pero no sé cuándo la publicaré. El día 18 vuelvo al trabajo, calculo que después, es la siguiente semana, la publico, si ves que me olvido me lo comentas Las claves para que me acuerde son: la callle/luz. Estudiar noche pisos. Es lo que tengo en un papel, pero a lo mejor pierdo la nota. Así queda aquí. Un beso

  8. Otr@ becari@ dijo:

    Ay, compartir piso!!! qué locura!! Yo acabo de echar cuentas… y he vivido durante la carrera con 15 compañer@s de piso, entre ellos, italianos, polacos, turcos, franceses y claro está, españoles, de los cuales, los hay desde maños hasta gallegos…
    Y, mamma mia!!, puede ser tan chungo como gratificante…
    He aprendido, por ejemplo, que los polacos hacen los huevos fritos por los dos lados… o a hacer migas o tiramisú!!
    Otra ventaja es que en verano, cuando dejas de compartir el piso, siempre puedes aprovechar e ir a conocer ciudades visitando a tus ex-compañeros de piso a sus hogares de origen… (Claro, eso si no pasas el verano de becario…)

    Aún así, diría que casi que ya es hora de poder vivir solos!! aunque bueno, echaría de menos compartir piso… (o eso es lo que me digo para que no me fastidie saber que no tendré pasta para vivir sin compañeros hasta la jubilación)
    En fin, que hay de todo y compartir piso también puede estar genial… (concienciémosno…)

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Otra Becaria: Suerte tienes porque en mi época el de más lejos era de Vigo, como mucho, o de San Sebastián, que venían a estudiar Farmacia. Y menos mal que nunca hubo extranjeros, que sino no nos admiten en Europa hasta el 2086; es más, que sé como era aquella época, si vienen extranjeros nos los comeríamos para saber a qué sabían. Si te contara

  9. Gábier dijo:

    Me acuerdo de la tragaperras, pero de «reventarla» no. Hombre…algún golpecito, no digo que no le diésemos. Pero de lo que sí me acuerdo, es que aquél portugués compartió habitación conmigo en aquel piso de la Calle «A» (que ese era su nombre), y de que la maleta la tenía debajo de su cama donde iba amontonando toda su ropa sucia hasta que finalizaba el TRIMESTRE y se la llevaba a Mamá para que la desinfectase. ¿Cómo olía aquella maleta al abrirse? …Eso sí que es compartir

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Gábier: ¿No te acuerdas el día que la desencajamos, la pusimos boca abajo y sacamos todas las monedas que era de duro (5 pesetas)? Bueno y me acuerdo perfectamnente de rellenarla. Joé que si me acuerdo, aún oigo ahora el sonido porque cayeron en plan PLAF, todas a saco. No era reventarla, que nosotros nunca fuimos delincuentes, trastes sí. La maleta era total. Un abrazo

  10. Hola Guisande:

    Leer esto me da una envidia que ni te imaginas. La verdad es que no sé si estoy preparado para vivir con alguien pero sí lo estoy par ano vivir con mis padres. De todas formas tu texto me ayudó mucho en mi futuro. Gracias de verdad. Buscaré un piso cerca de un bar con tragaperras.

    Un abrazo! 😉

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Javier: Te voy a explicar lo que yo sé y que viví y, lo que hablando con otro amigos vivieron, porque es complicado y espero que te sirva de ayuda; pero hay algo muy importante LOS TIEMPOS DE AHORA NO NOS LOS DE ANTES, y yo no soy el papón que dice que otros tiempos eran mejores. No, son distintos, yo me dejé barba con 18 años y ahora se ponen piercing, pues lo normal, a no ser que no hayas hecho nada en la vida y te sorprenda todo, que hay mucho papón. Cuando eres joven quieres vivir tu vida, con quien sea y donde sea. Después ocurre algo tremendo, pero es así porque dentro de pronto mis hijas lo viviran conmigo (por muy colega que seas, que no lo eres. ERES SU PADRE y la democracia se acaba cuando dices: Mira niñate, cállarte, que lo digo yo y se acabó, que de niñatos he visto todo)- Pues ocurre, que llega un punto que te da remordimiento de no ir a casa de tus padtrres, que ya tienen unos años, y cuando vas, a los 5 minutos estás deseando irte. Es una lucha interior. Primero quieres ir y luego y cuando vas te quieres largar porque no aguantas más. Te voy a decir algo que es complicado de asumir. En la vida, eres TU SOLO, pero no hablo de egoísmo, hablo de la realidad física y psíquica. Tu solo eres el que respiras, tú solo eres que el que duermes, yu solo eres el que piensas. tú solo eres el que puede decicidir algo bueno o algo malo que puede destruir una vida: LA TUYA, no otra. LA TUYA. Tu solo es tu cueropo, tu piel.TU. Yo no doy consejos, te cuento mi experienia y nada más. Haz lo que quieras, pero no olvides, siempre eres TU. Un abrazo

  11. Carlos dijo:

    Amigo Guisande, hacía tiempo que no te leía, primero por las vacaciones y luego por el síndrome postvacacional que me tuvo en ko unos días, pero celebro verte en plena forma literaria. Yo también recuerdo las máquinas de cataratas de duros, aunque soy MUCHO más joven que tú. En mi aldea (que algunos somos de aldea por nacimiento, no por adopción) habia un bar que la instaló y cuando eso ocurrió todos los chavales, que «de aquélla» andábamos más pelaos que la cabeza de Yul Brinner, nos pasábamos el día sentados alrededor del cruceiro, que era el punto de reunión, ideando planes para hacernos con el botín que se nos presentaba tan suculento a la vista. Como no podiamos darle empujones a la máquina porque nos echarían del bar a escobazos, después de mucho maquinar dimos con la técnica perfecta, que consistió en hacerle un agujero a un duro en el taller del padre de uno, que luego descolgábamos atado a una «tanza» de las de pescar, para ponerlo en el sitio justo y así provocar la caida de las monedas que estaban con un pié en el vacío (eso cuando el dueño del bar estaba distraido, claro). Era latoso pero funcionaba y lo bueno es que con sólo tirar de la tanza o sedal recuperabamos la inversión. Me parece que era una forma mucho más deportiva de trucar la máquina antes que volcarla, como cuentas que hacíais vosotros, que no tiene ningún mérito. Esto no tiene nada que ver con lo de vivir en un piso pero supongo que da igual, el caso es bloguear (¿existe ese verbo?). Por cierto, coincido contigo en eso que le respondes a una comentarista, en que compartir piso es muy aleccionador, deberíamos hacerlo de vez en cuando, por lo menos durante un mes al año. Si te animas, le tengo echada la vista a uno en Caldeireiría con buena pinta. Bicos e apretas, tengo ganas de verte

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Carlos: Qué alegría verte de nuevo por aquí. Claro que sí, que puedes opinar de lo que quiereas. Antes de que me olvide, este fin de semana hacemos la tradución de aquellos papeles (que al final lo encontramos y te los envío). Pues sí que era un buen método, más delicado que el nuestro; pero por lo que me cuentas capto que ya de pequeño tenías «maneras» para rozar el Código Penal.Lo importante es que pensábamos, discurríamos; pero los niños de ahora… una pena. Lo de bloguera lo podemos averiguar cuando alquilemos el piso ese que le tienes ehado el ojo y nos vayamos a pasar un mes. Yo ya para mentalizarme, hoy voy a hacer unas fotocopias (de lo que sea) llevar un libro en la mano para sacar músculo y aunque nadie me entienda en cuanto ve a algien (y para disimular aquí en la aldea) al prmero que vea le pregunto si tienen los apuntes de Introducción al Campo o de El Mundo de Paramo y Relaciones Internacionales. Un fuerte abrazo. Animo con la vuelta.

  12. emma dijo:

    :))))))
    yo mejor no cuento nada.
    Directamente a la capi.Del Estado.
    Mis experiencias con irlandeses y demás servirían, pero te dejo el post.
    Enseguida me anmoré.
    Y el caso es que yo no pasé por SANTIAGO (Quíen és Santigo, por què en mi trabajo, cuando alguien protesta, dicen: lo dice Santiago)
    Algún piso de estudiantes en Don Santiago sí he conocido, pero al no haberlo vivido, para mi sigue siendo una ciudad histórica.
    besos.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Emma: Vamos a ver, o centras las neuronas o me vas a volver más loco todavía. Y déjate de rollos y cuenta alguna aventura que no nos vamos a sonrojar. Histórica si que eres tu. Pero si te quiero igual Emmiña. Un beso muy fuerte y ya me comentarás cómo te va. Un beso y enamóarte que es lo mejor del mundo.

  13. Óscar -becario- dijo:

    Hola Guisande! Antes de nada, decirte que se te echa de menos por estos lares. Me he enterado por el blog que estuviste bajo los efectos de la gripe, espero que estés mejor. Yo también anduve medio agripado con el paracetamol a vueltas. Ya sabes! «el paracetamol es universal, vale tanto para un roto como para un descosido» jeje.

    Muy buena esta entrada. Es totalmente cierto que las amistades peligran bajo un mismo techo. La convivencia a veces no es fácil aún entre amigos. Yo mismo lo he experimentado. Y lo de buscar un piso qué difícil. Ya lo es en Santiago, imagínate en Madrid. He estado casi un mes buscando para encontrar algo decente por la capital para el próximo curso.

    A ver si te veo antes de que me vaya. El 20 de septiembre aterrizaré ya en Madrid puesto que me empiezan las clases del máster este que voy hacer esa semana.

    Hablamos Guisande.

    Cuídate !!!

    Óscar V.

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Óscar: Vamos a ver petardo, que no paras de ligar, que si aprendes igual que ligando lo tenemos claro los veteranos. El día 18 llego vía aldea al periódico, donde espero contaminar a todos con el resto de la sinusitis que me queda y fumar un cigarrillo contigo. Pues sí, convivir no es sencillo porque cada uno es distinto y si ves que la situación se deteriora hay que buscarle remedio. ¿hazte guía por la cara en Madrid?. Por lo que me dices tienes solucionado lo del piso, pero ya que lo has encontrado, cuando estés en Madrid vete a dormir a él, me entiendes. Te lo digo porque a lo mejor te sale más barato alquilar una pensión por horas que, en tu caso, las de la mañana deben estar más baratas que las de la noche. Espero verte, pero si no, estaremos en contacto y seguro que cuando salga fumar un cigarrillo me acordaré de las risas que nos echábamos. Un fuerte abrazo y ya sabes donde tienes un amigo. Estudia, sé bueno y cuídate. De las tres, por lo menos haz uno hombre, haz una.

  14. Dani dijo:

    Al menos hoy día, para encontrar compañeros de piso, ya no hay que ir recolectando números de teléfono entre todos los carteles dispersados por tablones y cristales. En Internet hay varias páginas, como http://es.makoondi.com, que te ayudan a encontrar habitación o compañero de piso.

  15. Laura dijo:

    Uy despues de leer tu articulo siento que no es tan buena idea eso de compartir piso, mis amigas y yo andamos en esos planes, pero tal vez sea mejor no hacerlo para no arruinar nuestra amistad =S
    Compartir con extraños? mmm, no lo sé, he encontrado este link: http://www.toditogratis.es/gratis/gratis-compartidos/1820/pisos-habitaciones-alquiler.htm ahi hay muchas personas dispuestas a compartir piso =) Voy a dormir en ello y ver que decido, vosotros que pensais? Amigos ó extraños?

    • Manuel Guisande dijo:

      Hola Laura: Bienvenida al blog y espero que disfrutes con los artículos. Lo de compartir piso tienen sus riegos, pero también sus ventajas. Por ejemplo, te vas con unas amigas y descubres que no eran amigas de verdad. Claro que puedes compartir piso, y termina siendo una amistad para toda la vida. Vamos como que te he aclarado mucho ¿verdad? Un beso y bienvenida.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s