Si no fuera periodista me hubiera gustado ser pianista y si me hubiera dedicado a la música me encantaría tener un piano totalmente impermeable, integrado con la silla, (y como de ilusiones también se vive) que tuviera ruedas, un motor ecológico, sin ruido, e ir por los pueblos tocando y vivir con lo que me dieran.
Que llovía… pues me ponía un casco, que hacía sol… un sombrero, ¿frío?… una manta y, para dormir, como los alpinistas, una de esas «camas» en forma de camilla con red, atada bajo el piano y metido hasta el cogote en un buen saco de plumas.
Yo estaba convencido de que eso es lo que desearía sino fuera periodista y lo estaba tanto que incluso a veces he soñado que iba por las llanuras de Castilla o bajaba el puerto de Pajares y de los pueblos y ciudades salía la gente rebosante de alegría y me rodeaba para oír como tocaba The Girl is Mine, de Michael Jackson, o la Octava (Canadá, ver Otawa) de Beethoven.
Pero en la vida siempre hay algo que lo cambia todo, trastoca tus planes, hasta los sueños que crees más maravillosos, y hace unos días descubrí que lo mío realmente no era ser pianista, sino que lo que sin duda me llenaría totalmente de gozo, lo que sería el éxtasis de mi existencia y la culminación de mi vida sería ser liebre.
Sí, no libre, no; liebre, pero no de esas que van delante del galgo hasta que te hincan el diente y terminas en el cinturón de un tipo más bien tosco con una escopeta de dos cañones. No, liebre pero la de atletismo, que es como llaman al tío ese que va delante del pelotón marcando el ritmo (pongamos por caso la prueba de 1.500 metros), y a los 200 se retira y que sigan ellos a ver si baten un récord o si se matan que a ti ya te da lo mismo.
Te imaginas lo que tiene que ser liebre; contratado todo el año para que una o dos veces al mes, como mucho, corrieras los condenados 200 metros en eso que llaman mitin mientras el resto de los competidores contienen la respiración esperando el momento para atacar, con las pulsaciones a más de 4.000 y casi al final de la carrera estiran el cuello en la línea de meta y terminan sin aire, en tanto tu sales del recinto fresco y oliendo a colonia Frambusssi pour homme París, para irte de fiesta o a conocer la ciudad.
Pero es que realmente eres capaz de imaginar el placer que tiene que ser llevar como equipaje una bolsita con solo un pantalón corto y una camiseta (porque el dorsal te lo da la organización) y cuando te pregunta el de aduanas que por qué visitas el país, decirle, todo orgulloso y en voz bien alta: ¡¡¡ Porque soy la liebre !!!, mientras los demás han dicho esa vulgaridad de soy experto en física cuántica, ingeniero molecular de estructuras pentiatónicas o…. vas a comparar eso con ser liebre, no jodas.
¿Que con los años podrías perder el trabajo? Bo, ya te encargarías tú de ir reduciendo la distancia poco a poco de 200 metros a 175, y de 175 a 150 y de 150 a 125. Mientras no te dijeran que fueras liebre de los 100 lisos… todo iría bien. ¿Liebre? Joé, que deleite.
PD Y a ti ¿qué te gustaría ser?
Yo estudiaba piano. Pero desde los 4 años quise ser periodista. Ahoracon 23 y a punto de terminar la carrera, me pregunto si no hubierse sido mejor dedicarme a mis sonatas…pero lo dudo.
Eso sí, durante estos últimos 5 años, me he planteado qué haría con mi vida si dejase la carrera. Y creo que, de lo poco que me gustaría, sería ser carpintera. Mis abuelos lo fueron, y siempre crecí con el olor de la madera. Pero hoy te puedo decir eso, y mañana escribir que en verdad siempre quise ser paraguas. Un saludo.
Hola Lucía: Pues paraguas y «veraneando» en Galicia está muy bien. Gracias por tu comentario
aunque parezca mentira pero a mi me gusta ir al dentista, será por ello que me hubiese gustado serlo, pero… en su momento no pude entrar en la facultad (no daba la talla) digo la nota. y ahora? pues aqui trabajando con los ordenadores. Dedicarme a esto ha tenido, tiene y tendrá sus ventajas, no le hueles el aliento a todos los amigos, y tambien inconvenientes, si alguno te fastidia, bien le podrías arrancar una muela sin anestesia, lo de informatico…. te pasan sus ordenadores para que se los arregles… eso si sin cobrar por ello, que para eso eres su amigo.
Hola Pachón: ¿Dentista? Será por lo que ganan porque por otra cosa….. no le veo el punto; pero te digo una cosa, yo voy a un detinsta que es amigo y que es un fenómeno que se llama Carlos Fajardo y te aseguro que no me importa nada abrir la boca y estar una hora. Con los ordenadores mejor, que así puedes ayudar a los demás. Gracias por tu comentario.
A mí me gustaría ser vieja gloria: estar en el porche de mi casa, sentado en una mecedora y con una escopeta cargada posada en las rodillas. Entonces llegarían los del suplemento del New York Times a entrevistarme y yo les apuntaría con la escopeta sin levantarme y les diría aquello de «Salga de mi propiedad!»
Me gusta eso de recorrer los pueblos tocando. De hecho, es lo que hago… lo de «The girl is mine» me sorprende por tu parte, y me sorprende aún más que sepas el título de una canción en inglés; cuando quieras te enseño a tocarla:tú haces de McCartney y yo, qué remedio, de Michael Jackson.
Greetings from the campsite.
Hola Javi: Totalmente de acuerdo contigo. Vieja Gloria. Es un puntazo. ¿Te imaginas con 24 años y ser ya una Vieja Gloria? y que alguien te diga «¿Y usted en qué trabaja?». «¿Yo?, yo soy Vieja Gloria». Vieja Gloria y sin muletas y una dentadura perfecta. Ya empiezo a dudar si prefiero ser liebre. Lo de la música no te extrañes, entras en Google y ya está, es muy fácil ¿verdad? Gracias por tu comentario y no te cargues con la escopeta a un campista, que tu las cosas las vives mucho.
A mi me gustaría ser presentadora del tiempo…, sales nada mas que un ratito y no todo el telediario (que coñazo), solo tienes que aprenderte un texto corto y cuando sales todo el mundo sube el volumen del televisor y te presta atención…(¡callaos, niños! que sale la chica del tiempo)
Además no presentador, mejor presentadora,porque aparte de que ser una gran profesional tendría que ser muy guapa (condición «sin equa non»)¡ja! estoy oyendo los comentarios de todoslos televidentes ¿qué maja es la chica del tiempo!
Eso si…..Me iba a desquitar…Que se preparasen en el resto de España para tener borrascas, chubascos y «marejada a fuertes marejada» en Galicia siempre tendramos soles(o como mucho huevos fritos)…
Hola Mihura: Bienvenido. Pues eso de ser presentadora de televisión tiene lo suyo porque, evidentemente que serías guapísima y majísima. Seguro que es la única persona a la que presta atención toda España e incluso si te lanzas aún puedes decir por el medio «y niños portaros bien». Yo ya sabía que eras buena persona, porque yo lleno el mapa de tifones que verías como iban a alucinar. Gracias por tu comentario y fuerte abrazo.
Yo creo que he visto demasiada televisión durante mi infancia, y por eso siempre he querido ser como Bruce Lee… no corre que se las pela como la liebre, pero vuela de una forma elegante, está envuelto en misterio (aún no tengo claro como murió), y por encima, lo rescatan para ese fantástico anuncio de BMW.
Cuando alguien se pone tonto en la ofi, cuando mi jefe viene con el día traspuesto, cuando mi hija me insiste con ese pijo «porfi mami», cuando mi santo pregunta por cuatrapagésima vez «¿dónde están las toallas?»… me encantaría dar una vuelta mortal en el aire, con ese sonido tan característico (que siempre acaba en «aaaaaaaaaaaaaié»), para que se centrasen ante mi y volviese todo a su orden correcto. Todo paz y armonía.
Lo dicho, demasiada televisión.
Hola Coherente: Sí, sí, sí que visión más fantástica he tenido con lo que bien que lo has explicado. Un semivuelo aéreo, una levitación de milésima de segunda, una estética radiante, una mirad hacia el cosmos, un «aaaaaaaaaaaaaaaaeee» y ….. todo paz y armonía, como en el Tibet. ¡¡¡¡¡¡ Qué maravilla !!!!!! Gracias por tu comentario, por segundos lo he vivido todo.
Hola Don Manuel, le escribo desde mi habitación, donde permanezco postrada desde ayer. En fin, qué se le va a hacer.
Perdone que le pregunte…¿liebre? No se en sus años mozos, pero desde luego ahora, en lo que viene siendo la actualidad, no creo ni que durara ni un metro corriendo, y mucho menos con esa vestimenta (que no digo yo que no desatara muchas pasiones con esos mini shorts) 😉
Bueno, a mi, si no «fuera» periodista me gustaría ser Crítica Gastronómica, porque qué mejor que el placer de comer y, además, gratis, pudiendo quejarte o repetir hasta la saciedad sin que nadie te diga nada, no?.
Un saludo y hasta el lunes (espero que no se me echara mucho de menos!)
Hola Becaria: Hoy fue un día muy movido y entre que te esperábamos y no te esperábamos pasó el día. Estoy muy pero que muy preocupado porque lo que te faltaba es que te quitaran lo único que tenías centrado: la muela del juicio. Tú sigue con lo de usted y prepárate para el lunes, vas a hacer un reportaje desde la romanos sobre el tratamiento de «usted», siglo por siglo, año por año, semana por semana y día por día. Yo que tu el lunes iría hacerme una cura y el martes otra y así hasta que termines las prácticas y no me mires con carita de niña buena….vas ver, perdón, vas escribir. ¡¡¡¡¡ Dios mío, pero por qué tenías que ser tu !!!!. Y nada de que soy muy inteligente y muy bueno… que te conozco cara dura. El lunes tráete un ·»tuperbare» que no sales hasta el miércoles. Bueno, te doy un beso por darte algo. Bueno dos. ¡¡¡¡ Qué cruz !!!
si, si, pero no comentas sobre mi otra profesión, como haces con los demás? jejeje
Hola Becaria: Pues a mi lo de comer no es tan importante, epro como para í sí, seguro que sería feliz, pero podías ser gaviota, por ejemplo. Gracias por tu comentario y recupérate.
jo, y yo que quería ser periodista, cachis…menos mal.
Eso sí, quiero ser vieja gloria también, o que prejubilen, o pedir octiure libre, aunque lleve vida monacal (bueno, eso no creo que lo consiga); estoy hasta las narices de la gipe Chan- A, y el acojone colectivo…al próximo le digo: tóseme, porfa, que prefiero morir de muerte natural, que de una vacuna experimental.
Lo ideal sería ser rentista ¿no?, me parece que lo decía un poeta francés, ay, como cambiaron los tiempos!!! 🙂
hugs!
Hola Emma: Está muy bien eso de «prefiero morir de muerte natural que de una vacuna experimental». Pues rentista no debe ser nada malo, pero aprovecharse de otros…. para eso mejor millonario, queda como más en el aire el asunto y tiene más dinero ¿no?. Gracias por tu comentario.
Hola, Manuel:
Hmmm. ¿Que qué me gustaría ser? Pregunta difícil y peliaguda. Lo de vieja gloria está realmente bien. Pero yo creo que sería encargado de la limpieza de la NASA (iba a decir mujer de la limpieza, pero me acusarían de machista y no estoy yo para demandas judiciales un domingo por la tarde). Porque los responsables de la limpieza no tienen que hacer nada especial ni estresante, sólo usar la fregona p’arriba y p’abajo y quitar el polvo a los ordenadores, mientras los otros están con la cuenta atrás, todos los ojos fijos en la pantalla grande esa que tienen (por cierto, allí las películas se tienen que ver de miedo), y mientras tanto podría fisgonear un poco y enterarme si los extraterrestres son verdes, si la luna es de queso y quién demonios mató a Kennedy (con esos telescopios y satélites deben saberlo todo, digo yo).
Seguro que me pagarían poco. Pero ¿qué es eso comparado con el placer de ver en directo y antes que nadie todos esos asteriodes que amenazan a la Tierra? Me imagino la conversación: «Mamá, que el miércoles no vamos a comer por contigo, como quedamos, porque no va a poder ser. ¿No tendrás un refugio antiatómico en el sótano, verdad?»
Un abrazo
Hola Anxo: Bien pensado, de limpiadora de la Nasa a espía solo hay un paso. Vas por allí con tu plumero y a saber todo lo que puedes averiguar. Y después, ya en plan casero, debes tener una conversación superinteresante. Que nunca se sabe, que a lo mejor un día tienes que echar una mano, que se empieza por ver un botón y terminas controlando el despegue. Sí, se tienen que ver allí las pelis… Gracias por tu comentario