No niego que al decir «al fondo a la derecha» lo primero que uno piensa es en el cuarto de baño o en la cocina; pero eso sería quedarse en una visión simplista del asunto. La verdad es que no sé muy bien lo que hay al fondo a la izquierda, porque nunca he ido, supongo que el vacío; pero en «al fondo a la derecha» se cuece todo. Vas por ejemplo a Hacienda; bueno vas no, más bien te llaman, que es bastante diferente, y como tengas que hablar con alguien en un despacho, ni lo dudes, una voz asesina te dirá: «Siga, siga por allí, y al fondo a la derecha».
Ese «siga, siga», te estremece, que es como si te dijeran: «Pasa, pasa, que vas ver», y normalmente aciertan; pero no siempre son así tan dramáticas las situaciones. Si estás invitado a una fiesta en una casa de no fumadores o ex fumadores nada más entrar ya te dicen con una voz amable: «Y si quieres fumar, al fondo a la derecha».
El porqué casi todo está «al fondo a la derecha», lo desconozco. ¿Herencia de la época de Franco, quizá porque entonces lo último que se podía decir era izquierda?, tal vez. Lo que sí sé (y no me pregunte ahora si fue al fondo a la derecha o la izquierda), es que en el ámbito judicial coruñés todavía se recuerda el caso del magistrado Manuel González Nájera cuando tomó declaración a un delincuente que había cometido numerosos delitos.
Después de que le informaran que, según el atestado policial, el individuo que tenía ante sí estaba acusado de haber robado un coche, en un supermercado, en un kiosco y causado daños en un turismo para llevarse un radiocasete; el delincuente, al principio, negó los hechos que le imputaban, pero a medida que el juez seguía con el relato de las acciones que presuntamente había realizado, el caco, viendo la que se le caía, encima confesó de plano.
Entonces, como si le saliera del alma, el individuo se acercó a la mesa del juez, y en un arrebato a medio camino entre sinceridad y complicidad, en voz baja le dijo: «Mire, señor juez, si me deja libre, me voy al Gran Sol», a lo que el magistrado, también acercándose a la mesa que los separaba, le contestó: «Sí, hijiño; pero por lo de pronto, te vas a la Gran Sombra».
Al fondo a la derecha 
Manuel, bienvenido a la blogosfera. Te seguiré la pista porque seguro que tu blog me lo hará pasar bien. Un abrazo!!
Estimado Manuel:
Me he leído todos los posts de este blog hasta el día de hoy (de «alante p’atrás») y me lo he pasado genial, genial. Prometo acercarte por estas páginas con frecuencia. No prometo hacer muchos comentarios, que uno es aficionado a los blogs, pero no tanto.
Por cierto, mi mujer también es extranjera, de un país que viene quedando al fondo a la derecha según miras el mapa de Europa.
Un saludo
Hola Anxo:
Pues me alegro que te guste lo que escribo y, como digo a muchos de los blolectores, si sonríes para mi es suficiente. La «bronca» de los comentarios es una broma, como puedes observar. No te preocupes y me dejas intrigado con lo del mapa de Europa al fondo a la derecha, porque a la derecha, como digo en el blog, «se cuece todo». Me voy a arriesgar o Noruega o finlandesa. Me quedo con Noruega ¿Acerté? ¿donde vivís?. Un abrazo a los dos y gracias por tu comentario.
Hola, Manuel.
Quizá exageré un poco con eso del «fondo», pero a la derecha, seguro. Ella es de Hungría, donde vivimos los dos en estos momentos; concretamente en Budapest. Pero ciertamente aquí se cuece todo, porque hace un calor horroroso, y los que somos de Sigüeiro lo llevamos fatal.
Un abrazo para ti y también para tu mujer.
Hola Anxo:
Pues sí que estás lejos y lo que es la vida ¿verdad?. Quien te iba a decir a tí que ibas a casarte con una húngara y yo con una sioux. Ya me dirás, si quieres en qué trabajas porque no me imagino que puede ser. Nunca me imaginé que en Hundría hiciera calor, hasta pensé que de Francia para arriba no existe el sol….Un abrazo muy fuerte para los dos desde Galica con cariño.
Hola, Manuel:
Cierto: lo que es la vida, quién me lo iba a decir. Pues por estos pagos yo trabajo de informático en una compañía multinacional, una de esas que pululan por Europa del este, esclavizando a la gente (esto no lo puedo decir muy alto, porque te escribo desde el ordenador de la oficina; si alguien te pregunta, tú no digas nada). No soy informático «pofesioná», pero me apaño y me gusta esto de andar con ordenadores y cachivaches sofisticaus.
Con respecto al clima de aquí, pues en verano el sol no nos deja ni aunque le paguen. A las 5 y media de la mañana o así (hora peninsular de la Península Ibérica), sale por el horizonte diciendo «Aquí estoy yo otra vez», y media hora más tarde necesito gafas oscuras en la cocina, donde entra como Pedro por su casa (ahí no tenemos persiana). Entonces la temperatura sube y sube y sube, y cuando piensas que no puede subir más, pues vuelve subir. En invierno más de lo mismo, pero al revés, aunque este año ha sido benévolo para mis carnes.
Bueno, tengo que cortar este rollo, que uno de los jefes anda suelto por aquí.
Un abrazo para vosotros, y saludos para los 11 vecinos y, si tienes, para el perro también
Hola Anxo:
Chitón de todo, te voy a hacer un regalo pero necesito previamente unos conocimientos de informática. Espero que te guste. A ver si en la próxima semana lo tienes es que ando liado coordinando un suplemento de La Voz, el del 25 de julio, que es mucho trabajo. Saludos a tí y a tu mujer y, cuando puedas, vente para Galicia. Un fuerte abrazo y Gracias por tu comentario. Por cierto, también tengo perro ¿tu crees que una americana puede vivir sin un perro y una bandera USA en casa…? Estás de coña.